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Cómo han cambiado los locos de las matemáticas…

Aunque el adjetivo de «loco» ha dado paso al de «friki», todos recordaremos aquel compañero de clase, al que se le daban bien las matemáticas cuando la gran mayoría de nosotros luchábamos por sacar un 5 raspón. Eran los raros de la clase, y puesto que estas personas adoraban trabajar con fórmulas, teoremas y cifras abstractas, era fácil verlos con la cabeza en las nubes, realizando cálculos en su propia mente. De ahí lo de locos, aunque lo que mejor les hubiera venido es «lunaticos»; pero eran considerados unos genios, y ponerles sobrenombres y criticarlos era nuestra manera de admirarlos y tenerles, quizás, un poco de envidia.

Porque las matemáticas son para gente inteligente, eso está claro. Personas que son capaces de pensar en abstracto, y poner muchas facetas de la vida en números, cuya solución es una fórmula. Los números fueron una invención de los grandes sabios de la antigüedad, pero seguramente nunca pensaron que podría llegar a tener la relevancia que tiene hoy en día en el mundo. Matemáticos como Pitágoras de Samos, Hipatia de Alejandría o Tales de Mileto no imaginaban que sus teorías, que en aquellos momentos intentaban dar respuestas a los misterios de sus sencillas vidas, serían un día la base para recorrer los cielos, ir a la luna, e incluso navegar por internet.

La informática deriva directamente de las matemáticas, por ser su fuente el llamado código binario. Y ahora, cuando entras en una página web, juegas a un videojuego, o navegas por la red social, no puedes imaginarte que todo esto sea fruto de la combinación del 0, el 1 y el 2. Internet puede llegar a ser la obra cumbre de las matemáticas, pues unida a la tecnología ha dado como resultado el mayor invento del hombre en cuanto a comunicación. Su sucesor, la IA, está en desarrollo, y aún está por verse si sus beneficios son tantos como nos intentan vender; pero llegará, y tal y como hicimos con internet, lo asumiremos y será parte de nuestras vidas.

Llegados a este punto, cuando convivimos con los avances tecnológicos día a día, todos hemos llegado a ser un poquito matemáticos. Porque los números siempre molan cuando se refieren a algo tangible, así que el concepto de «friki de las matemáticas» ya no está tan mal visto como antes. Y, por supuesto, los matemáticos de ahora no tienen nada que ver con los de antes, eso está claro. Claro ejemplo de ello es Cecilia Sopeña, profesora de matemáticas y actriz porno, que además de ser madre soltera y trabajadora, se presentó como participante en la Titan Desert, una de las pruebas de mountain bike más duras del mundo.

Definitivamente, la imagen que tenemos de las actrices porno no tiene nada que ver con ser deportistas extremas, ni mucho menos licenciadas en matemáticas. Claro que en ese momento las vemos solo como nuestro objeto de deseo, demasiado enfrascados en intentar ver sus tetas desnudas y cómo un maromo las penetra sin compasión… vamos, lo que viene siendo el objetivo de los videos pornos gratis. Sin embargo, es una lección que debemos aprender: tener cuerpo y cerebro no tiene por qué ser algo opuesto. Los estereotipos, ya sea sobre tipos inteligentes o tías buenas, o justo al contrario, no deben tapar nuestra visión sobre las personas. Y si Cecilia Sopeña fuera la excepción a la regla, no debemos dejar de pensar que existen esas excepciones, y seguro que son más de una.

Más allá de lo que se cree, las matemáticas son algo más que un conjunto de cifras que nos hacían la vida imposible con sus fórmulas y cálculos. Los números están en todo lo que nos rodea, y nos hace ser conscientes de nosotros mismo y con nuestro espacio. Altura, peso, proporciones, perspectivas, el manejo de dinero, incluso la forma en que escribimos o mandamos mensajes de whatsapp en el móvil… Todo está relacionado con las matemáticas, y no pasa nada porque admitamos que nos gustan, y un poquito que también las necesitamos.